Nuestra protagonista: Angeles Portillo, @zanguanga , de la Agencia Portillo y Churba
En este mundo 2.0 existen muchas maneras de darse a conocer. Unas buenas, otras malas. O éticas, diría yo. El “hacer ruido” (buzz) es la más efectiva. Algunos personajes han elaborado métodos de lo más curioso:
Fase 1 (la preparación):
– Pilla un artículo de una web americana y, sin permiso, por supuesto, tradúcelo.
– Quita de ese artículo muchos enlaces internos a otros artículos del autor original. ¿Para qué vas a respetar su trabajo?
– Haz hotlink de las imágenes. Es decir, no las alojes en tu servidor. Que tiren del servidor del autor. Que él pague el ancho de banda.
– Que se duplique “tu artículo” por todo Internet, no hay problema. No digas nada. Tú espera.
– (Mientras tanto, para entretenerte, puedes ir cogiendo otros artículos de otras webs y copiarlos.)
Fase 2 (el ataque)
– En cuanto veas que un blog famoso ha traducido el mismo artículo, pasados dos años, ponte en plan víctima y tuitea apropiándote del la autoría del artículo y acusando de robar “tu” trabajo.
– Cuenta con la sensibilidad de la gente ante el robo de contenidos. Muchos ni leerán los links (ver nota abajo).
Fase 3 (el mantenimiento)
– Si alguien no te da la razón al 100%, y escribe libremente su opinión del tema, quéjate de que no diste permiso para que publicaran ese artículo. Recuerda que todo Internet es tuyo y deben pedirte permiso para todo.
– Y, por supuesto, continúa insistentemente con tu campaña de que el artículo que has traducido“es tuyo”. La gente se lo creerá, ¿por qué ibas a mentir?
En definitiva: ha nacido una nueva forma de troll, el troll 2.0. El que, encima, va de víctima.
(Agradezco a mi conejillo de indias, Angeles Portillo, @zanguanga , que con sus actos me ha dado en bandeja los ejemplos ilustrativos para este artículo sobre el troll 2.0)
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