Los social media son tan poderosos (para bien y para mal) que un único post basta para hacer añicos la reputación que una marca se ha labrado durante años. Por eso, es tan importante no dejar las cosas al azar y tener todo atado y muy atado antes de pulsar el botón “enviar”.
No obstante, a veces la cautela no basta para dar esquinazo a las pifias que tanto proliferan en la Web Social y es necesario armarse de paciencia (y valor) para deshacer el entuerto.
Si ha tenido la mala suerte de meter la pata en los social media, abra muy bien las orejas y haga suyos los consejos que propone a continuación Ragan.com:
1. Reconocer el error
Nadie está libre de cometer errores, y menos en las redes sociales, que son terreno abonado para las meteduras de pata. Si no quiere que la bola de nieve se haga más grande, no esconda la cabeza bajo el ala y admita su error. Tenga en cuenta reconocer los errores es muchas veces el primer paso para resolverlos.
2. Apostar por el sentido del humor
Tenga en cuenta, eso sí, que el sentido del humor es un arma de doble filo. Si el error que ha cometido su empresa es particularmente severo y afecta a temas particularmente peliagudos como la religión o la política, es mejor que reduzca el humor a la mínimA expresión.
3. Dar una vuelta de tuerca al error
A veces lo que a priori parece una auténtico desastre, si se maneja adecuadamente, puede convertirse en una oportunidad. Una solución grandiosa es capaz de aniquilar el error más tremebundo del mundo y convertir las muecas de disgusto en sonrisas de satisfacción.
Ante un entuerto 2.0 no se le ocurra, sin embargo, echar mano de estas cuatro tretas. Se arrepentirá si así lo hace.
1. Asegurar que su cuenta ha sido hackeada
La audiencia es muy lista y sabe distinguir perfectamente entre un hackeo de verdad y un error disfrazado de hackeo. Así que no empeore las cosas tratando al público como si fuera soberanamente estúpido y reconozca su error antes de que el granito de arena termine convirtiéndose en una montaña.
2. Fingir que nada ha pasado
A veces, y enfrentados a un escándalo, es muy tentador lo de esperar que las aguas vuelvan por arte de magia a su cauce sin poner nada de nuestra parte para que así sea. No elimine comentarios negativos y bloquee a usuarios particularmente críticos con la esperanza de taparles la boca. Tome las riendas de la situación y ofrézcales una explicación. De lo contrario, no hará sino azuzar el fuego de las críticas.
3. Reaccionar antes de pensar
En los social media es importante reaccionar con rapidez a los contratiempos que se presentan, pero una respuesta rápida no debe estar exenta de cierta reflexión. Si respondemos sin pensar, lo que comenzó siendo un error se convertirá muy probablemente en un problema por partida doble (o triple).
4. Protestar en exceso
Poniéndose excesivamente a la defensiva dará a los demás una impresión diferente de la que realmente quiere dar y terminará siendo percibido como alguien que no tiene ni mucho menos el control sobre la situación (pero que intenta dar a entender que así es). Adoptando una actitud excesivamente “protestona”, dará además la razón de los trols, que le quieren ver realmente así: fuera de sus casillas.
Vía: Marketing Directo
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